Sunday, September 9, 2007

En esta tuviste razón


Absorbo en tinto, respiro en frío y exhalo plasma. Me sumergo en las profundidades del stress y la tensión de mis nervios resulta implacable como el océano.
Mi estomago implora en agonía y rechazo carbohidratos como a enemigos mortales de guerra.

Fuí al bosque y hablé con un buho. Perspicazmente me dijo:

-Oh humanos, cuándo entenderán...
-A qué se refiere Don Buho?
-Quieres lo que no tienes, pero no quieres lo que posees, mas lo que deseas no lo necesitas y lo que crees necesitar no existe.
-Maldito buho loco -Murmuré.- Esta soledad aquí en el bosque realmente le está afectando Don Buho. Debería usted buscarse una bella buho que le acompañe.
- Si pusieras atención quizás aprendieras algo.
- Hmm...tengo stress, a lo que quiero prestarle atención es a una playa y un tequila sunrise o una piña colada con vodka, lejos de esta sucia ciudad...Te reto a que pases un dia en la ciudad a ver como te va, aquí en el bosque las cosas son sencillas...

Nunca pensé que Don Buho tomaría mis palabras tan en serio. Mi sorpresa fue tal al verlo en saco y corbata en el centro de la ciudad, llegando en un taxi azul, cargaba papeles, formularios, mas papeles, un maletín y esa mirada de sabelotodo idiota que suele expresar.
Como leyendo mis pensamientos, me vió, se acercó rápidamente y me dijo:
-Te crees muy listo eh? He venido a tu oficina a trabajar. Vete tu al bosque ver que tan sencillo puede ser la vida allá como dices.

Como conocedor de la conducta humana que es, Don Buho presionó aquel boton frágil en los humanos llamado ego, aquel que nos acciona como robots sin vida a comportarnos como perfectos arrogantes sin sentido.
Sólo me di cuenta de esto estando ya en el bosque queriendo demostrar la veracidad de mis afirmaciones.

Estando allá era imposible no notar que no había teléfonos, no había jefes, no había metas u objetivos espléndidos a alcanzar, no había que responder a nada por lo tanto no había stress. Era feliz.

Ligeramente mi felicidad se vio transformada al intentar encender la primera fogata.
-Bah!- Maldije aquellas noches desperdiciadas viendo discovery channel en vano, a la hora de la verdad aquellos programitas de supervivencia de nada sirvieron.
Que poco útiles pueden ser la comunicación global en este oscuro bosque, la tan afanada era del conocimiento, la era virtual, el putrefacto capitalismo, nada de eso calmaría mi hambre y ni mucho menos prenderían esta fogata para calentar esta deliciosa ardilla que acabo de cazar.
Tanta lucha persiguiendo a este animal para nada.

Rato después un fugaz halo de miedo estremeció mis sentidos al ver aquella mancha negra dirigiéndose velozmente hacia mí.
Se dezplazaba ágilmente, como si supiera exactamente que quería o hacia donde se dirigía. Llevaba un punto brillante color naranja y desprendía humo como un fantasma de las tinieblas.

Despejé la vista y al enfocar bien a aquella extraña criatura que se acercaba casi muero de un infarto, pero no del susto sino mas bien de aquel tremendo ataque de risa, al percatarme que aquel ente no era mas que Don Buho y el brillo color naranja un newport menthol light.
Llegaba todo estrujado, la corbata en la cabeza como rambo y un mal humor de perros.
Despues de maldecir a la ciudad, arrojó la colilla a mi patético intento de fogata y la incendió.

Mientras saboreabamos aquella deliciosa ardilla al limón, me dijo un poco desesperanzado:

-Debo admitirlo, en esta tuviste razón humanoide, en esta tuviste razón. Tu contaminación sonora, tu vacío existencial, tu violencia sin control, tu estúpido neo-liberalismo, fútiles pendejadas. No es para mí...creo que tomaré en cuenta tu recomendación de una linda buho como compañera...pásame otra pieza será mejor...

Un poco triste le pasé un muslo de ardilla a Don Buho y tomé otro para mí. Su melancólica frase aún flotaba pesadamente en el aire. En el fondo creo que anhelaba haber perdido esta extravagante apuesta.

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